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jueves, 29 de marzo de 2012


CINE Y ECONOMÍA

En términos económicos podemos afirmar que la crisis definitivamente pasa factura al cine, pero navegando por la red nos encontramos con algunos datos bastante reveladores para el estudio profundo de los pros y los contras del cine en nuestro país.

En primer lugar me gustaría decir que según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) en un estudio realizado por la Universidad de Granada el pasado 2010, las empresas del sector con el mismo capital y trabajo producen más si hay más premios, mientras que  las subvenciones no tienen ningún efecto. Por ello propone que las empresas compitan para ganarse las subvenciones, algo por otro lado totalmente comprensible.

En segundo lugar, este mismo estudio también explica que más del 95% de la producción española tiene lugar en las mismas regiones (Andalucía, Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco y Valencia). Lo cual nos revela el predominio de las autonomías más desarrolladas económicamente, en la realización y producción del sector cinematográfico, quedando casi obsoleto en el resto de regiones.

Pero no todo son malas noticias para el mundo del cine en España basta con observar los datos que contradiciendo la actual crisis en el cine español han sido un éxito en todos los sentidos; y es que como en todas las cosas existe el vagón de cola y la locomotora, aquí también tenemos noticias positivas. Sirva como ejemplo de esto, las grandes películas taquilleras.

Nos puede gustar más o menos pero lo cierto es que la película de Torrente 4 en el primer fin de semana que estuvo en pantalla fue vista por más de un millón de espectadores y recaudó 8 millones de euros, y en los días siguientes alcanzó los 14 millones de euros recaudados.

En fin, como se puede observar existen noticias para todos los gustos, más positivas o más negativas, pero de lo que no cabe ninguna duda es que hoy el cine en nuestro país por una cosa o por otra esta en boca de todos, lo cual quiere decir que esta vivo. Así concluimos estas reflexiones económicas a cerca de subvenciones, productividad y éxitos de nuestro cine. ¿Qué pensáis?

Miguel Pastor

 

jueves, 8 de marzo de 2012


¿Cómo afecta Internet a la industria cinematográfica?

Como ya se dijo en comentarios anteriores, el principal problema del cine en España es el elevado coste de la entrada, y más teniendo en cuenta la situación actual del país, así como la falta de interés motivada por la escasa calidad de las películas. Ambas situaciones fomentan que Internet se convierta en una fuente gratuita en la que seleccionar las películas que se quieren ver, además con la mayor comodidad que supone no moverse de casa.

Por lo tanto dos son las tareas que debería comenzara realizar o al menos a plantearse el sector: por un lado trabajar en dirección al aumento de la calidad del producto y a la reducción del coste final; y por otra parte intentar converger con las exigencias o demandas del público que es al fin y al cabo quien sustenta el negocio y sin quien nada tendría sentido, ya que como dijo Alex de la Iglesia en la gala de los Goya 2011 “una película no es una película sin nadie que se siente a verla”.

Si como se vaticina en el caso de la prensa, no queremos que el medio, formato y soporte cine se convierta en algo para nostálgicos y coleccionistas, debemos refundar el sistema, por ejemplo pagar un precio mínimo y simbólico por cada película que se descargue de la red, que al usuario a penas supondría nada y a la industria le ahorraría pérdidas, por otra parte debemos fomentar la inversión tanto pública como privada en el cine, intentando rebajar el precio en taquilla, así como incentivar una cartelera de mayor calidad. En mi opinión esta sería una buena adaptación de la industria a los medios, en la que los derechos de autor no se verían afectados.

Existe en la sociedad un rechazo manifiesto respecto a la Ley Sinde y la opinión más generalizada es la búsqueda de un punto intermedio que no perjudique ni a productores ni a consumidores, soluciones tipo Spotify con la industria discográfica. Cuanto antes se llegue a este tipo de acuerdos más se amortiguará la caída del sector y menor será el descontento entre los consumidores.

Una vez más vemos las dos caras de la moneda en la red de redes, por un lado la perdición y por otro la salvación de las industrias culturales, pero ahora no es momento de echar culpas a nadie, es momento de solucionar el problema y pronto, cada día que pasa más gente se sube al carro de las prácticas ilegales, o más restricciones nos encontramos y por tanto,  mayor es la controversia en la sociedad globalizada.

Miguel Pastor

lunes, 27 de febrero de 2012

El factor precio


Durante los años setenta y ochenta del pasado siglo, principalmente a consecuencia del continuo incremento del precio de las entradas, en entre otros motivos, las salas de proyección españolas vieron disminuidos sus ingresos debido al espaldarazo que sufrió el cine por parte del público, que empezó a tener otras cosas mejores que hacer con el mismo o menos dinero para pasar la tarde.

Hoy más de treinta años después y pese a que las alternativas siguen aumentando, no es precisamente la diversidad de nuevas formas de entretenimiento existentes lo que merma el número de espectadores en las salas, incomprensiblemente continua siendo su elevado coste. Desde el año 2001 no ha dejado de bajar el número de asistentes al cine y se han perdido en esta última década alrededor de 40 millones de espectadores.

Un estudio de la consultora Media Salles de 2006 demostró que Italia, Portugal y España, aparentemente con las entradas de cine mas baratas de la Unión Europea, eran en realidad los países más caros en este sentido, debido a aunque en otros se pague más por lo mismo, también es sustancialmente mayor el salario percibido a final de mes por cada ciudadano o potencial espectador.

La subida de precios, por encima de la inflación, como esta ocurriendo en España, ya existía en otros lugares para contrarrestar la debacle del séptimo arte en cuanto a la frecuentación de salas, de modo que se amortiguaba gran parte del golpe producido por la bajada o mejor dicho de la caída en picado del número de espectadores.

Pero en estos lugares ya se han dado cuenta de que esa estrategia significaba pan para hoy y hambre para mañana, ya que la subida continuada del precio de la entrada perjudicaba la demanda y tan sólo beneficiaba a un selecto grupo de films.

Por ello EEUU ha aplicado una estrategia de contención, por la que el precio medio de las entradas ha subido un 53% en veinte años, pero en términos reales ha permanecido estancado durante bastante tiempo, y sólo con la llegada del 3D ha experimentado una subida mayor. 

De esta manera cuesta lo mismo una entrada de cine en España que en EEUU, siendo el nivel de vida norteamericano mucho más elevado que el español.

En otros países como Francia esta política de contención ha posibilitado sin duda que sobrevivan hasta el momento numerosos cines en todo el territorio nacional, llegando el pasado año ha conseguir un récord de venta de entradas (215,6 millones).

Por todo lo dicho anteriormente creemos que España debería seguir el camino de los países citados más arriba, países que por otro lado nos llevan unas cuantas décadas en cuanto a estos temas que debatimos, y que no tienen aparentemente un pelo de tontos, como para andar dejando de percibir beneficios con estos modelos. De no ser así cada vez nuestro sector cinematográfico pasará a estar más cerca de engrosar el listado de sectores en crisis en nuestro país.

Miguel Pastor

Bibliografía:

lunes, 13 de febrero de 2012

Algunas leyes del mundo

Ya son muchos los países en los cuales se han impuesto leyes para frenar la piratería, pero esas leyes, pese a tener el mismo objetivo, pueden llegar a ser muy diferentes. Entonces, mi pregunta es ¿qué ley es más correcta?
En EEUU, por ejemplo, existe una ley que prohíbe la distribución y descarga de todo material protegido por derechos de autor (Digital Millenium Copyright Act).  Las discográficas se encargan de vigilar a los infractores y les ralentizan la conexión. Eso es lo que dice la teoría, en la práctica es diferente. Por poner un ejemplo, en Minnesota  un juzgado condenó a una internauta a pagar 1,4 millones de euros, por descargar 24 archivos.
En el Reino Unido, la ley de Economía Digital da 3 avisos al usuario antes de ralentizar la conexión. Una ley mucho más permisiva.
En Alemania, en 2006 se aprobó una ley con penas de hasta dos años de prisión por descargas para uso personal, y cinco si hay lucro. Con esta ley el número de descargas ha disminuido un 19% en 2010.
Y ya en España, la ley Sinde ha desatado una guerra entre creadores (industria) e internautas (piratas). Existen diversas opiniones sobre si esta ley entrará en vigor en Marzo de este año o no. A pesar de todo, lo cierto es que mientras en el resto de países punteros tienen ya sus leyes en marcha, España no consta de ninguna restricción contra la piratería. 
¿Creéis que debería seguir así, sin ley? Y por otro lado, con la excusa de proteger los derechos de autor, ¿no es una forma de comercializar un medio que prácticamente desde su nacimiento ha sido libre? Personalmente, pienso que se debería respetar y pagar el trabajo realizado por otros. Aunque por el contrario, creo que esto es una artimaña de los gobiernos con la que buscan únicamente el lucro.
-Luis Valverde-