¿Cómo afecta Internet a la industria cinematográfica?
Como ya
se dijo en comentarios anteriores, el principal problema del cine en España es
el elevado coste de la entrada, y más teniendo en cuenta la situación actual
del país, así como la falta de interés motivada por la escasa calidad de las
películas. Ambas situaciones fomentan que Internet se convierta en una fuente
gratuita en la que seleccionar las películas que se quieren ver, además con la
mayor comodidad que supone no moverse de casa.
Por lo tanto
dos son las tareas que debería comenzara realizar o al menos a plantearse el
sector: por un lado trabajar en dirección al aumento de la calidad del producto
y a la reducción del coste final; y por otra parte intentar converger con las
exigencias o demandas del público que es al fin y al cabo quien sustenta el
negocio y sin quien nada tendría sentido, ya que como dijo Alex de la Iglesia en la gala de los
Goya 2011 “una película no es una película sin nadie que se siente a verla”.
Si como
se vaticina en el caso de la prensa, no queremos que el medio, formato y
soporte cine se convierta en algo para nostálgicos y coleccionistas, debemos refundar el sistema, por ejemplo pagar
un precio mínimo y simbólico por cada película que se descargue de la red, que
al usuario a penas supondría nada y a la industria le ahorraría pérdidas, por
otra parte debemos fomentar la inversión tanto pública como privada en el cine,
intentando rebajar el precio en taquilla, así como incentivar una cartelera de
mayor calidad. En mi opinión esta sería una buena adaptación de la industria a
los medios, en la que los derechos de autor no se verían afectados.
Existe
en la sociedad un rechazo manifiesto respecto a la Ley Sinde y la opinión
más generalizada es la búsqueda de un punto intermedio que no perjudique ni a
productores ni a consumidores, soluciones tipo Spotify con la industria
discográfica. Cuanto antes se llegue a este tipo de acuerdos más se amortiguará
la caída del sector y menor será el descontento entre los consumidores.
Una vez
más vemos las dos caras de la moneda en la red de redes, por un lado la
perdición y por otro la salvación de las industrias culturales, pero ahora no
es momento de echar culpas a nadie, es momento de solucionar el problema y
pronto, cada día que pasa más gente se sube al carro de las prácticas ilegales,
o más restricciones nos encontramos y por tanto, mayor es la controversia en la sociedad
globalizada.
Miguel Pastor
Estoy completamente de acuerdo contigo querido compañero, eso es lo que necesita la industria cinematográfica para poder continuar hacia adelante y sobre todo en España donde la situaci ón por el consumo del "producto nacional" ya es precaria, como bien habéis comentado anteriormente en otros post, existe poco púlbico que consuma cine español y actualmente aún existe más por el precio tan elevado de la entrada en las salas de cine, mucha gente prefiere descargarselas de la red y así ahorrarse ese dinero, por lo que, como bien has dicho anteriormente, antes de que la situación llegue a más y con el rechazo que existe, sobre todo en la juventud que somos el futuro, hacia la Ley Sinde, deberían de llegar a un acuerdo de manera que todos saliéramos beneficiados, pagando una cantidad significativa por descargarte la película.
ResponderEliminarAunque, por otra parte sabiendo que se pueden descargar sin pagar ni un céntimo será un duro trabajo conseguir que el público pague aunque sea una pequeña cantidad de dinero, es como darle un caramelo a un niño y quitarselo sin más, Internet se creó de una forma libre y nadie puede prohibir el buscar nuevas formas de poder "ahorrar" algún dinerillo sin tener que renunciar a nuestros hobbies.
Lennon
Una manera de "ahorrar" es meterte el jamón york en el abrigo y salir del Mercadona sin pasar por caja y nadie recomendaría hacerlo. Los productos culturales tienen detrás el trabajo de mucha gente (de hecho muchos de vosotros aspiráis a trabajar en su producción) y por tanto cuestan dinero.
ResponderEliminarEs imprescindible replantearse los modos de difundir estos productos y cómo financiarlos (mediante publicidad, pago por descargas o lo que sea), pero lo que no se puede admitir es el "todo gratis o si no, cojo y me lo llevo". Internet es un espacio libre pero no es el lejano Oeste.